martes, 11 de enero de 2011

Los Cuatro Acuerdos, sabiduría tolteca

Cada día nos despertamos con una determinada cantidad de energía mental, emocional y física que
gastamos durante el día. Si permitimos que las emociones consuman nuestra energía, no nos quedará
ninguna para cambiar nuestra vida o para dársela a los demás.
La manera en que ves el mundo depende de las emociones que sientes. Cuando estás enfadado, todo
lo que te rodea está mal, nada está bien. Le echas la culpa a todo, incluso al tiempo; llueva o haga sol, nada
te complacerá. Cuando estás triste, todo lo que te rodea te parece triste y te hace llorar. Ves los árboles y te
sientes triste, ves la lluvia y te parece triste. Tal vez te sientes vulnerable y crees que tienes que protegerte a
ti mismo porque piensas que alguien te atacará en cualquier momento. No confías en nada ni en nadie. ¡Esto
te ocurre porque ves el mundo a través de los ojos del miedo!
Imagínate que la mente humana es igual que tu piel. Si la tocas y está sana, la sensación es maravi-
llosa. Tu piel está hecha para percibir la sensación del tacto, que es deliciosa. Ahora imagínate que tienes
una herida infectada en la piel. Si la tocas, te dolerá, de modo que intentarás cubrirla para protegerla. Si te
tocan, no disfrutarás de ello porque te dolerá.
Ahora imagínate que todos los seres humanos tienen una enfermedad en la piel. Nadie puede tocar a
ninguna otra persona porque le provoca dolor. Todo el mundo tiene heridas en la piel, hasta el punto de que
tanto la infección como el dolor llegan a considerarse normales; la gente cree que ser así es lo normal.
¿Puedes imaginarte cómo nos trataríamos los unos a los otros si todos los seres humanos tuviésemos
esta enfermedad de la piel? Casi no nos abrazaríamos, claro, porque nos dolería demasiado, de modo que
tendríamos que mantener una buena distancia entre nosotros.
La mente humana es exactamente igual a la descripción de esta infección en la piel. Cada ser humano
tiene un cuerpo emocional cubierto por entero de heridas infectadas por el veneno de todas las emociones

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