
Nacemos inocentes. Sin emociones mezcladas, sin dudas,
sin miedos, sin mentiras. Llegamos para descubrir, para
compartir, lisos, luminosos y coherentes. Vulnerables
pero todavía abiertos al mundo, animados por una cu-
riosidad rotunda y radical, dotados de la pasión por vivir
y de un abanico de emociones básicas que compartimos,
en mayor o menor medida, con otros seres vivos, con
otras especies. Son los dones del amanecer de cada vida,
una vida que llega con la mirada llena de curiosidad y de
confianza.
Inocencia Radical, Elsa Punset
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