miércoles, 12 de octubre de 2011

Adelante...

Parece que se avecinan cambios en el horizonte. Aunque nada es seguro y el futuro es siempre una sorpresa, los ánimos de las personas apuntan a que el día 15 de octubre va a ser el autentico día de la patria, el de las personas que se unen contra un sistema que mutila cada día las oportunidades de hombres y mujeres...y también los niños, educados en la doctrina del Sistema. A estas alturas de la película-drama, salvo los que se mantienen desinformados por los medios corruptos, casi todos tenemos una idea de la situación en la que vivimos, por qué fue provocada y lo que nos toca.
Para que los pobres dejen de ser tan pobres, los ricos tienen que ser menos ricos (aunque Cospedal no tenga claro que los ricos tengan que dejar ser tan ricos). No hay otra solucion posible, porque de lo contrario el planeta sería incapaz de sostener éste alto tren de vicio en el que estamos inmersos y de final previsible, que se entiende por "buena vida", consumista vida...
Se trata pues de devolver las oportunidades, para que todos podamos tener nuestras necesidades básicas cubiertas, para que ésto no sea una búsqueda angustiosa en el día a dia.
Si el enfado alcanza limites internacionales, es porque los culpables también lo son.
Desde el no odio, con la calma y la paz de los que saben lo que buscan, y sobre todo que van a encontrarlo, hay que encabezar el camino. lejos de pretender acabar con los capitalistas, los que manejan roban y no sueltan, se debe acabar con sus fórmulas genocidas y más aun con su aplicación sin control ni medida.
Han hecho algo muy grave, no solo económicamente, un país, el que sea, con un paro elevado, gente en situación de pobreza, gente "sobreviviendo"y no viviendo, es un país inestable, en tensión, y campo de cultivo de conflictos.
Desde las farmacéuticas, la comida basura, las grandes multinacionales (quienes por cierto, éste año han alcanzado el 54% de la riqueza mundial en sus manos)...se nos están tirando dardos con muy mala leche, lamentablemente efectivos. ¿Hasta cuando?
Pues en las manos nuestras está, pero más todavía en nuestra conciencia.



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